Resumen

20 oct 2009
El presente trabajo, aborda aspectos estudiados en una investigación en terreno, realizado en zonas de la cuarta y quinta región de Chile, específicamente en: Dunas de Longotoma, Pichicuy, Valle del Encanto, Parque Nacional Fray Jorge y Embalse la Paloma, donde cada uno presenta características diversas y especiales, que los hacen muy particulares. Engloba temas relacionados al paisaje apreciable en cada sector, por medio de la geomorfología, vegetación, agua, color, entre otros; como también un estudio en profundidad sobre el Valle del Encanto y la Ocupación de la cultura Molle.

Introducción

Los elementos que configuran el paisaje, es posible establecerlos a través de la observación y de la relación directa que se tenga con éste; por eso esta investigación se realizó en base a una actividad en terreno, la cual se dividió en estaciones, que permitieron acercarnos de forma visible a los aspectos del paisaje correspondiente a los sectores que se encuentran en las regiones de Coquimbo y Valparaíso, donde se presentan aspectos del paisaje que son muy distintos a los que se aprecian diariamente en la ciudad de Santiago, y que debido a las condiciones geográficas, climáticas, entre otras, asumen características propias y que son dignas de analizar.
Este ejercicio nos permitirá comprender las formas sobre las que operan los paisajes en cada una de las estaciones. Del mismo modo, se especificará en una estación de ellas, que es muy particular, que es valle del Encanto, puesto que, la misticidad que presenta sumada a los restos arqueológicos heredados por la cultura el Molle, contribuyen a que se destaque de alguna forma por sobre las otras, tanto así que dicha cultura, permaneció en el lugar porque los recursos y el paisaje jugaron un rol fundamental en su asentamiento.

Objetivos

Objetivo General

§ Analizar los elementos paisajísticos de los siguientes sectores: Dunas de Longotoma, Pichicuy, Valle del Encanto, Parque Nacional Fray Jorge y Embalse la Paloma; dando énfasis al área Valle del Encanto a través del rol de los recursos y paisaje en la ocupación Molle.

Objetivos Específicos


§ Describir los elementos del paisaje (geomorfología, vegetación, agua, color, fondo escénico, singularidad o rareza, actuaciones humanas), de las distintas estaciones.
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§ Caracterizar la cultura Molle, a partir de su origen, ubicación, economía, organización social, cultura, costumbres y religión.
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§ Explicar las condiciones de los recursos y paisaje del Valle del Encanto, que permitieron el desarrollo y el asentamiento de la cultura el Molle.

Marco conceptual

1.- Paisaje
El concepto de paisaje ha sido largamente estudiado y con ello se ha visto envuelto en amplios debates, esta situación se explica por la incapacidad de generar una definición lo suficientemente amplia, y universalmente aceptada, que de respuestas a la multiplicidad de interrogantes que se han vinculado a este concepto. Así encontramos los planteamientos de Maderuelo (2006):
"…El paisaje se contempla. El placer que produce la contemplación genera la necesidad de prolongar el recuerdo por medio de la descripción gráfica, pictórica, literaria o fotográfica. (…)Contemplar, dibujar, describir, recrear... son fases de apropiación que conducen a un pensar y reflexionar sobre el placer y sobre aquello que lo produce, sobre quien lo disfruta y sobre el lugar y el tiempo en que se disfruta." (Maderuelo, 2006, p. 5).
A partir de esta concepción podemos acercarnos a una posible definición de paisaje, puesto que nos entrega un primer elemento, que dice relación con la observación y la contemplación del entorno, lo que nos habla de las interpretaciones, que emergen de ese proceso, y que por tanto lo dotan de significación. Este primer elemento no logra abarcar de manera amplia las implicaciones del término, en este sentido Nogué (2007) nos puede aproximar aún más:
“el paisaje es, al mismo tiempo, una realidad física y la representación que culturalmente hacemos; la fisonomía externa y visible de una determinada porción de la superficie terrestre y la percepción individual y social que genera; un tangible geográfico y su interpretación intangible. Es, al mismo tiempo, el significante y el significado, el continente y el contenido, la realidad y la ficción. No vamos mal encaminados si entendemos el paisaje a modo de escenario natural mediatizado por la cultura”.
Entonces, encontramos que a la anterior reflexión se incorpora otro elemento fundamental para la comprensión del paisaje; puesto que es el paisaje no solo se compone de esta observación, que irremediablemente esta permeada por una cultura dotada de una ideología, que produce el imaginario y dota de contenido el proceso de contemplación; si no que también el paisaje esta formado por el espacio físico y tangible, es decir, el paisaje no solo es observación si no que a la vez es el objeto observado, esta doble dimensión del paisaje, la según Bertrand (1968), es indisoluble: “…es el resultado de las combinaciones dinámicas y a veces inestables de elementos físicos, biológicos y antropológicos, los cuales, enfilados de forma dialéctica, hacen del paisaje un cuerpo único, indisociable, en perpetua evolución”.(p. 264). Así el enlace entre las dos dimensiones queda definido de manera firme, por tanto el paisaje no puede ser comprendido, si en el no se incorporan sus dos dimensiones, la observación y el espacio físico; es esta característica lo que le proporciona la capacidad de incorporar y relacionar felizmente el medio y el hombre.
“…paisaje integrado, en donde los múltiples componentes del medio, topografía, roca, clima, vegetación, etc., no quedan convertidos en simples inventarios o en elementos de una naturaleza totalmente desintegrada e incomprensible, sino como un conjunto o sistema que funciona en bloque donde es posible captar el papel y la importancia que en él pueden causar los impactos procedentes de un determinado proyecto y por consiguiente tomar decisiones en contra o a favor.” (De Bolós, 1987, p. 17)
De esta manera, logramos comprender que el paisaje corresponde a esta relación perpetua e inquebrantable entre el medio natural en el que se desenvuelve el hombre y su cultura materializada en una forma de comprender el espacio, lo que sin lugar a dudas nos lleva a una valoración y significación del paisaje, permitiendo la toma de decisiones en cuanto a los impactos que la actividad humana puede generar en ese medio.

2.- Cultura
Parece ser de común acuerdo entre los autores la definición de cultura, como un conjunto complejo de vivencias, aptitudes, formas de ser y ver la realidad, que se aprende e inculca de forma voluntaria así como también involuntariamente a las generaciones de hombres a través del tiempo. M. Harris (2001) lo expresa como: “…la cultura alude al cuerpo de tradiciones socialmente adquiridas que aparecen en forma rudimentaria entre los mamíferos, especialmente entre los primates.”(p. 145), este no hace de la cultura algo exclusivo del hombre si no que lo extiende a los primates, siendo esta una diferencia de lo que plantea Herskovits (1952): “…Cultura es la parte del ambiente hecho por el hombre.”(p. 29) , señalando en esta definición la existencia de dos escenarios el natural y el social, agregando “Lo que distingue al hombre […] entre todos aquellos es la cultura”(Ídem, Ibíd.). De esta manera señala que la cultura es propia del ser humano y está directamente relacionada con el ambiente en que se desenvuelve el individuo.
Los autores coinciden también en que la cultura es dinámica, que si bien conserva ciertos aspectos rígidos, varía a través del tiempo, de acuerdo con los puntos de vista y las vivencias propias de cada individuo. Kottak (1997) señala: “Las personas utilizan su cultura de manera activa y creativa, en lugar de seguir ciegamente sus dictados”(p. 26), esto quiere decir que cada sujeto perteneciente a una cultura es capaz de modificarla en lo ordinario más no en su esencia. Para Herskovits (1952) “Al sopesar la estabilidad cultural frente al cambio cultural […] la cultura es dinámica; las únicas culturas completamente estáticas son las muertas”(p. 32), esto reafirma lo antes expuesto, agregando que una cultura necesita de la presencia del hombre para su existencia, y a su vez afirma que:"Uno de los factores del cambio cultural es […] la variación en un determinado modo de conducta que toda la sociedad acepta”(Ídem, Ibíd.), de esta manera cada cultura varia con el pasar de las años. Según Harris (2001): “La cultura de una sociedad tiende a ser similar en muchos aspectos de una generación a la siguiente” (p. 146), esto es que si bien existe una continuidad no es exactamente igual de una generación a otra.
Frente a estos planteamientos los autores hacen la objeción de que la cultura también es estable y presenta una continuidad a través del tiempo; lo explican mediante el fenómeno de endoculturación, Harris dice:
“…esta continuidad en los estilos de vida se mantiene gracias al proceso de endoculturación […] es una experiencia de aprendizaje […] Se basa, principalmente en el control que la generación de mas edad ejerce sobre los medios para premiar y castigar a los niños”( Ídem, Ibíd.)
Es decir, es un proceso conciente o inconciente que realiza la generación con mayor edad sobre los más pequeños del grupo. De este concepto de endoculturación se deriva al concepto etnocentrismo que Herskovits (1952) define como: “…es el punto de vista según el cual el propio modo de vida de uno es preferible a todos los demás […] opera en favor de la adaptación individual y de la integración social” (p. 82), para Kottak (1997):
“…es la tendencia a considerar superior la propia cultura y a aplicar los propios valores culturales para juzgar el comportamiento y las creencias de personas criadas en otras culturas […] Contribuye a la solidaridad social, genera un sentido de valor y de comunidad entre quienes comparten una tradición cultural”(p. 29)
Así encontramos, que la cultura corresponde a las formas y pautas sociales que la rigen, que con el correr del tiempo va mutando, de acuerdo al paso de generaciones, pero que no cambia sus características medulares, dejando espacio para las interpretaciones particulares. Este dinamismo se explica por las formas de difusión de los patrones culturales, que producen la identificación y la diferenciación con distintos grupos culturales.

3.- Dunas
Las dunas corresponden a una forma de acumulación eólica, la cual toma distintas formas a partir de la dirección e intensidad del viento, según Martínez (2008):
“…corresponden a montículos de arena sujetos a la acción del viento. (…) Adquieren diversidad de formas y tamaños. En las dunas medran plantas y animales, que presentan adaptaciones especiales y únicas, como la tolerancia al movimiento de la arena.” (p. 26)
Por tanto las dunas, es posible definirlas como las formas que adquiere la arena, en función con el viento, y en las cuales se desarrollan ecosistemas con características propias y particulares. Una definición más específica nos la proporciona Flor (1990), quien plantea lo siguiente:
“Las dunas representan el material fluvial que primero se recicla al continente y suponen, por tanto, el exceso sedimentario que la plataforma interna y ambientes costeros, sometidos a la corriente costera, oleajes y/o mareas (pudiendo éstas no existir o ser inapreciables), son incapaces de consumir o incorporar. Por ello, el sobrante será el primero en emplazarse por el viento como dunas eólicas costeras…” (p. 99)
Entonces entendemos que la acumulación dunaria, se explica por el excedente de material sedimentario arrastrado por los ríos, que los ecosistemas costeros son incapaces de absorber, por tanto ese material es desplazado por la acción eólica, formándose de esta manera las dunas. En este mismo sentido Stlarhler (1989) plantea lo siguiente:
“Una duna es una acumulación de arena debida a la acción del viento, que tiene la capacidad de desplazarse sobre el suelo. Las dunas sin vegetación y que cambian constantemente de forma por la acción del viento son dunas vivas o activas. Se dice que son dunas fijas o inactivas cuando están cubiertas por vegetación que impide su desplazamiento” (p. 350)
De acuerdo a esto, se incorpora la diferenciación entre dos tipos dunarios, las dunas vivas o activas, las cuales tienen la capacidad de cambiar de forma constante de acuerdo al viento predominante, esto se debe a la inexistencia de un manto vegetacional que la cubra y estabilice su movimiento. Por el contrario el otro tipo corresponde a las dunas fijas o inactivas, que por la vegetación que las cubre su movimiento se ve estancado. Las dunas vivas pueden poseer distintas formas entre ellas encontramos parabólicas, longitudinales, barjanes, entre otras.

4.- Erosión de los suelos
El proceso de erosión de los suelos es un proceso natural, el cual corresponde a lo siguiente:
Cada vez que llueve, las gotas de lluvia golpean la tierra con fuerza sorprendente (…), haciendo estallar partículas del suelo móviles fuera de su posición de la masa del suelo. El agua que fluye a través de la superficie arrastra estas partículas, generando hilos de agua y empiezan a formarse finos canales denominados acanaladuras. Al aumentar de tamaño se crean escisiones más profundas en el suelo. Una vez en el cala del río (…) son transportadas corriente abajo y finalmente se depositan.” (Tarbuck y Lutgens, 2005, p. 202)
Este proceso es la forma natural en que los suelos se erosionan y por tanto se pierde, que en condiciones normales debería tener una relación directa con la creación de suelo, por tanto un equilibrio, Gutiérrez (2004), plantea lo siguiente:
La interacción entre el régimen de precipitaciones y temperaturas, la inclinación de las laderas y la vegetación que sobre ella se establece alcanzan un equilibrio en que la tasa de formación de suelos es similar a la tasa de pérdidas de suelo producida en el proceso de erosión natural. La remoción de la vegetación arbustiva por el hombre (…) puede acelerar dramáticamente los procesos erosivos.” (p. 36)
Así este equilibrio natural entre la formación y creación con la erosión de los suelos, se ha perdido en muchos sectores por la acción del hombre, puesto que la utilización e intensificación de las actividades productivas sobre el suelo, ocasiona la sobre explotación de sus nutrientes, y el retroceso de la cubierta vegetacional que lo protege, generan de esta manera que el proceso de erosión de acelere:
“… las actividades humanas, como la agricultura, la explotación forestal y la construcción, que eliminan o alteran la vegetación natural, han acelerado en gran medida la velocidad de la erosión del suelo. Sin el efecto estabilizador de las plantas, el suelo se ve más fácilmente barrido por el viento o transportado pendiente abajo por el lavado superficial.” (Tarbuck y Lutgens, 2005, p. 195)
La pérdida acelerada de los suelos favorece importantes efectos nocivos para el hombre, pesito que los suelos constituyen una parte fundamental en el sustento de la vida “Dado que todos los suelos son necesarios para el crecimiento de las plantas con raíces, son el verdadero fundamento del sistema de apoyo de la vida humana” (Ídem, Ibíd., p. 193); así como también genera problemáticas de índole económica y medioambiental, puesto que se ven afectados todos los sectores económicos y afecta de sobremanera a los ecosistemas produciendo su desaparición y extinción.” La erosión lleva consigo un grave problema medioambiental y un considerable coste económico. Este coste afecta negativamente a la producción agrícola de la parcela o explotación donde se produce este proceso.” (Martínez, 2005, p.34)

5.- Intervención antrópica
La participación del hombre en el desarrollo de los procesos de transformación de los paisajes, no es menor, puesto que las sociedad hacen un uso, muchas veces irracional de los recursos que ofrece la naturaleza; “Los seres humanos forman parte del complejo interactivo que denominamos sistema Tierra. Como tales, nuestras acciones inducen cambios en todas las demás partes del sistema.” (Tarbuck y Lutgens, 2005, p. 198). Por tanto el hombre no se puede considerar como un agente externo a los procesos modificadores del relieve, es así como el hombre con la mentalidad actual busca a través de distintos medios, sacar el mayor provecho de los elementos que se encuentran en su medio;
“El hombre y su moderna sociedad tecnológica es un importante agente geomorfológico, ya que interviene en la formación de nuevos paisajes. Estos paisajes son el resultado del transporte de uno a otro lugar de enormes masas de suelo, regolita y roca madre con dos propósitos básicos: extracción de recursos minerales y la reorganización del terreno en configuraciones adecuadas para la construcción de carreteras, aeropuertos, edificios, embalses, canales y otras estructuras.” (Strahler, 1989, p. 279)
De acuerdo a esto, la intervención del hombre en el paisaje se explica en función de dos objetivos, por un lado el factor minero, que remuevo enormes cantidades de suelo y rocas, modificando y alterando los procesos naturales de los ecosistemas; el otro factor se vincula con el desarrollo de las ciudades y la tecnología, puesto que las dinámicas actuales imprimen a la sociedad la característica urbana y de rapidez, lo que obliga a la construcción de edificios, carreteras, puentes, embalses, entre otros, los cuales causan modifican los procesos, alterando el normal desarrollo de los sistemas naturales. A todo esto se suma, los efectos aún más devastadores de la contaminación, un ejemplo de ello, es la lluvia acida, por la liberación de gases a la atmosfera, y la enorme cantidad de desperdicios que se acumulan en las periferias de las ciudades.

6.- Recursos Naturales
Los recursos naturales corresponden a todos aquellos elementos que componen el paisaje, los cuales son posibles de utilizar por el hombre, la ley de Ley de Bases del Medio Ambiente (1994)los define así: “…los componentes del medio ambiente susceptibles de ser utilizados por el ser humano para la satisfacción de sus necesidades o intereses espirituales, culturales, sociales y económico.” (p. 3); estos recursos se clasifican en dos formas básicamente, el primero dice relación con los recursos naturales no renovables, los cuales Deacon (1997), define de la siguiente forma:
“Un recurso es no renovable si su stock no se regenera por medios naturales en períodos de tiempo que sean relevantes para la toma de decisiones por parte de las personas. Ejemplos significativos son los suelos agrícolas, las aguas subterráneas procedentes de acuíferos no «recargados» y los combustibles fósiles” (p. 12).
Entonces, los recursos naturales no renovables, dicen relación con aquellos que no tienen la capacidad de regenerarse en el corto plaza, lo que significa que su utilización es limitada en la medida de que exista el recurso acumulado por un largo tiempo, estas acumulaciones son finitas por lo que el recurso es escaso. Estos se vinculan con los combustibles fósiles, los minerales, el suelo, entre otros.
El otro tipo de recurso natural corresponde a los renovables, los cuales se caracterizan por de la siguiente manera:
“Son aquellos con los que el hombre siempre podrá contar si hace un uso cuidadoso de ellos, ya que se renuevan a través de procesos naturales o por intervención humana, en períodos más o menos cortos. El bosque, por ejemplo, es un recurso natural renovable.” (Chilepaisforestal.cl, 2009)
De acuerdo a esto, los recursos naturales renovables, son aquellos que tienen la capacidad de regenerar en el corto plazo, permitiendo su utilización más intensiva

7.- Bosque relicto
Los bosques relictos corresponde a formaciones antiguas, que se mantienen en ciertos lugares a pesar de los cambios en el clima; Fraume (2006), los define así: “Ecosistema boscoso que persiste, es decir que es un remanente, después de una intervención antrópica” (p. 381); si bien el carácter relicto de algunos bosques puede explicarse por los cambios inducidos por el hombre, esta característica no es determinante a la hora de conseguir una definición apropiada; puesto que los cambios en el clima, que es uno de los principales factores, nop depende directamente de la acción del hombre; la Sociedad española de Ciencias Forestales (2005), no entrega una definición más acertada;
“Agrupamiento de organismos conservados en una estación residual o aislada, sirviendo de testigo de una antigua extensión y un doblamiento ahora más restringido o mermado; cuyas características testimonien haber sido formado en tiempo lejano y/o bajo condiciones ambientales distintas de las actuales” ( p. 926)
Pues bien, los bosques relictos, son por tanto agrupaciones generalmente pequeñas y en retroceso que nos muestran la existencia de otro tipo de clima y ecosistema en tiempos anteriores, y de los cuales son remanentes:
“…se trata de formaciones boscosas de especies higrófitlas que se pueden hallar en la zona sur de Chile, donde llueve más de 1.000 mm anuales, la explicación de este fenómeno reside en el aporte de agua que las neblinas costeras dejan al ser interceptadas por el frondoso follaje de los árboles, que antaño tuvieron su hábitat ideal. Es por esta razón que sólo se encuentran a ciertas altitudes, en serranías, que además de tener características muy específicas deben hallarse próximas a la línea de costa, donde la densidad de la niebla es mayor.”(Errázuriz, 1987, p. 159)
Errázuriz, nos plantea así una definición que resulta más incluyente de lo que constituye el bosque relicto, destacando el carácter de representar el testimonio de un ecosistema característica de zonas de latitudes más altas, que permiten afirmar la existencia de un clima con esas características en tiempos anteriores.

8.- Petroglifo
Los petroglifos corresponden a una tipo de expresión utilizada por las culturas antiguas, para representar sus cosmovisiones y concepciones de la realidad, por tan tienen un significa del cosmos, mediante el cual la cultura miraba su realidad:
“El estilo presenta un carácter comunicativo, transmisor de información social; y cada estilo particular es la realización individual de las normas genéricas por parte del actor social. En este marco, los petroglifos reflejas y evidencias una manera de pensar, ordenar y comunicar un mundo de ideas.”(Martínez, Lizarraga y Bazzano, 2008, p. 3)
Esta definición, nos ratifica la idea de que el petroglifo, aquella forma de representación tallada en la roca, es una forma de plasmar la visión del mundo de la cultura; una definición un tanto más técnica nos la proporciona Martínez y Botiva (2006):
“…estas manifestaciones fueron elaboradas al sustraer material de la superficie rocosa con instrumentos de una dureza superior. Para lograrlo, el antiguo ejecutor pudo utilizar punteros de piedra u otros elementos elaborados específicamente para tal fin, (…). Lo común, en cambio, ha sido encontrar fragmentos de roca tallada (lascas) que podrían evidenciar que los instrumentos se realizaban en el mismo sitio y que no se trataba de objetos muy elaborados, pues su vida útil era muy corta.”(p.2)
Aquel era el procedimiento, que para los avances del período debió de significar un trabajo largo y que requería una dedicación especial, para lograr llegar a tallar las rocas con motivos particulares que encarnan la realidad de la cultura.

Área de estudio

El área de estudio de este trabajo, abarca desde, la zona norte de la quinta región hasta aproximadamente la mitad de la cuarta región (Ovalle), con lo cual no emprende una diferenciación vertical de tanta magnitud, sino más bien una variación horizontal, la cual se diferenciarán, las zonas o las estaciones que se emprendió el estudio de acuerdo esencialmente a al cercanía o lejanía al mar, ya que este al ser un factor trascendental en cuanto a influencia marina, determinará ciertas características del paisaje.
De acuerdo a esta lógica es posible dividir el área de estudio en, zona costera o con abundante influencia marina u oceánica (Longotoma, Pichicuy, Fray Jorge) y otras zona interior sin influencia marina y una fuerte intervención antrópica, la cual proporciona que el paisaje, que se puede apreciar sea una conjugación de natural y artificial.
Los climas que se encuentran en esta área de estudio, según la clasificación de Köppen son: Semiárido con nublados abundantes (BSn), semiárido templado con lluvias invernales (BSks) y Templado Cálido con lluvias invernales y gran nubosidad (Csbn)

Zonas con influencia marina
Estas zonas que se hará referencia su característica es, que al estar ubicadas en la zona litoral estarán altamente influenciadas por la presencia del mar, porque, debido a ello, el mar actuará de manera latente en el paisaje de cada zona.
Se puede decir, que Longotoma y Pichicuy en su magnitud, no presentan una diferencia significativa en cuanto a altura con respecto al mar a diferencia de Fray Jorge, que es diferente a la vista por su mayor extensión y las alturas que son altamente desiguales en el sector, presentan sus diferencias en su interior.

Longotoma se ubica los S 32° 23, 56´42” y O 71° 24’ 26, 5” perteneciente a la parte norte de la Quinta Región, situada en la Comuna de la Ligua. Se sitúa en la parte costera de la región proporcionando características con influencia oceánicas, además de estar en un amplio dunario configurando en un escenario particular dominado por una vegetación natural de tipo costera ( una de ellas la doca) y otra introducida por el hombre (como el bosque de eucaliptus y pinos).Otra característica del lugar es que al encontrarse en un sector aledaño a la desembocadura del río la Ligua se está constantemente llenando de sedimentos frescos.
Los agentes que intervienen y se conjugan en este lugar son; el agua y el viento, lo que proporciona que el área y su influencia estén determinados por ellos. A su vez serán estos agentes los que darán las características al lugar.

Pichicuy se localiza a los S 32° 20’ 37,1” y O 71° 27’ 33,6”, pertenece al sector norte de la quinta región, al igual que Longotoma situada en la comuna de la Ligua.
Esta estación es altamente influenciada por el factor marino, porque al ubicarse en la zona costera su influencia y el viento son los agentes encargados de modelar el paisaje existente en el lugar , proporcionándole características propias de erosión marina en rocas y suelo; y así también dando un vegetación de estepa costera sub-árida que no escasea, sino más bien que se acentúa y se adecúa al medio, debido a la presencia de agua en el sector.

Fray Jorge Altos de Talinay, localizada a los 30° 20’ 51’ ’S y 71° 35’ 09” O, provincia del Limarí, comuna de Ovalle. Este lugar a diferencia de las dos estaciones anteriores se caracteriza por poseer una extensión abundante y características propias del paisaje que cambian de acuerdo a la ubicación de estas con los agentes que actúan en el medio, tales como la influencia marina, la del viento y la gravitacional, las cuales al combinarse dan características particulares a esta estación.
Al encontrarnos en altura la fuerza gravitacional comienza a ser fuertemente un agente erosivo, ya que con ella puede modificar el paisaje.
Esta cordillera (Talinay) que se extiende de NO a SE, y que está presente en Fray Jorge, donde las características tanto de la flora son abundante, dan como resultado un paisaje atípico de acuerdo a la latitud en que se encuentre.

Fray Jorge bosque relicto Localizado a los 30°12’ 09” S y 71°35’09” O, provincia del Limarí comuna de Ovalle. Esta zona es atípica de las características actuales que rodean el lugar, pero debía a que se ubica en el farellón costero y su influencia muy particular de las aguas marina o mas bien la niebla que se da en esa área, proporcionan las condiciones apropiadas para que se configure este ambiente de antaño, en el cual la flora es abundante gracias a la cantidad de agua que se puede presenciar en el lugar.
Entonces estas características fuera de lo común a la latitud en la que se haya la zona, son propicias para que se produzca un microclima en el cual la más beneficiada es la vegetación del lugar ya que se puede reproducir tranquilamente, a causa de las condiciones apropiadas. Pero no esta demás decir que incluso en que lugares muy cercanos al bosque relicto se dan condiciones totalmente opuestas, debido a que, al no estar en una posición y una cercanía a este agente (agua) no se podrá realizar la misma crecida de la vegetación, por falta de condiciones optimas para se desenvolvimiento.

Zona interior sin influencia marina y una fuerte intervención antrópica
Valle del Encanto, localización es de 30° 42’ 18,6”S y 71° 22’ 59,7” O, en la zona intermedia de la cuarta región, sobre los cordones transversales, siendo ésta una característica de su paisaje, ya que al estar en cordones transversales, se dan valles interiores en los cuales hace mucho tiempo atrás se asentaron seres humanos para la realización de su vida, organizándose y sacando provecho de las ventajas que el propio paisaje les proporcionaba.
La presencia de los valles transversales juegan un rol fundamental en cuanto a la vegetación del lugar, debido a que el agente principal que se puede observar es la radiación solar, dependiendo de la posiciones de las laderas dependerá las vegetación, aunque no varía en cuanto a definición de la vegetación, porque se caracteriza por ser una vegetación xerofita y semidesértica.

Hoy Valle del Encanto en cuanto a hidrografía, es un arroyo que pasa en su interior, la fuerza y la magnitud ha desaparecido según las observaciones del lugar, pero del mismo modo no se le puede quitar importancia a que éste, se encuentre cercano al estero Punitaqui a y al rio Limarí.
La intervención humana en el valle es posible apreciarla tanto en el presente como en el pasado, en el pasado, porque en ese lugar se asentó y se benefició de los recursos naturales que el paisaje les brindaba, adaptándose al territorio y realizando intervenciones como en las piedras del lugar, la cultura el Molle, mientras que hoy en cambio el lugar es un lugar turístico, en el cual la intervención humana de es de asentamiento más recreativos y pasajeros, debido a que, solo se adapta le lugar, para que la gente este un tiempo determinado mientras su vista dure.

El valle el encontrar más al interior de la región pierde la influencia marina, lo cual da como resultado que las temperaturas comiencen a reflejar oscilaciones terminas un tanto más marcadas que en la zona costera.

Embalse la paloma, localización es de 30° 46’ 15,2” S y 71° 02’ 10,3”O cercano a Ovalle. Se ubica en el interior de los cordones trasversales, aquí tampoco posee influencia oceánica, aunque la presencia de agua en el embalse es relevante.
El agente principal que interviene es el hombre con su intervención magistral en el espacio, ya que debido a ella, puede construir esta gigante embalse.

Cultura El Molle

Introducción

La Cultura Molle, se desarrolló en los valles transversales del norte de Chile durante el periodo que va desde el inicio de nuestra era hasta el 700 aproximadamente. Sus características principales se vinculan con la producción de cerámicas, sus tumbas, el uso de tembetá y la metalurgia en cobre laminado.
Los Molle nos proporcionaron un legado cultural muy rico y diverso, en el encontramos tres tipos fundamentales: los petroglifos, las pictografías y las piedras tacitas; estas se encuentran principalmente en el sector del Valle del Encanto, en donde los arqueólogos han podido encontrar una gran gama de arte rupestre, como también de tumbas y los restos de un asentamiento.
El Valle del Encanto permitió, dado que sus características físicas son las propicias para el asentamiento humano, el desarrollo de la cultura Molle; facilitando el abastecimiento de agua, la posibilidad de realizar cultivos en un terreno fértil, la caza de animales, principalmente llamas y aves, y la recolección de frutos y mariscos. Todo esto moldeó las características de la cultura, puesto que la caza y la agricultura fueron la base alimenticia sobre la que se desarrolló.


Cultura “EL Molle”

La Cultura el Molle, se caracterizó especialmente por cuatro elementos que distinguió Conerly en su investigación, y quien le dio este nombre a la cultura, siendo estos
“…la cerámica, el uso del tembetá, un tipo de sepultura con ruedos de piedra en la superficie y el uso de pipas de piedra en forma de “T” invertida y un tipo de metalurgia en cobre martillado y laminado para usarlos como adornos.” (Sir, 2007, p 42).

Origen y Ubicación
Se desarrolló en el período que se denomina agroalfarero temprano, correspondiente a los años 1-700 d.C. en el sector de los Valles de los ríos Copiapó, Huasco, Elqui y Limarí, y en sus innumerables quebradas tributarias e interfluvios.
Se puede decir que esta cultura, tenía un posible origen amazónico o chacaqueño, por la costumbre de incrustarse, en la zona más cercana a la boca, un adorno de piedra denominado tembetá, debido a que, esa costumbre la poseían tribus de las selvas tropicales de Asia, África y América. Esta cultura con el pasar del tiempo se empezo a difundir, y según Cornely (1965), se fue mezclando con diferentes culturas, por lo cual no se proyectó en el tiempo, difuminándose a la larga. Sin embargo, a pesar de padecer procesos de aculturación y de luchas bélicas con pueblos que arribaban a su territorio, quedaron rastros que son dignos de considerar, y que se ubican en un sector bastante específico y restringido. "Dividida en dos fases, Molle I y Molle II, su desarrollo muestra la paulatina transformación de una sociedad de agricultores incipientes en agricultores asiduos" (Silva, 1980, p.28)
La cultura Molle se asentó en una zona denominada como valles o cordones transversales, que establece Errázuriz (1987) que: “…existe en este sector, como unidad sólo en pequeños y aislados sectores. En su lugar el relieve se dispone en forma de cordones montañosos, generalmente transversales” (p.95), que permiten que esta zona se caracterice por la forma que el relieve presenta, del mismo modo, estos cordones transversales, que se presentan de orientación oriente-poniente, hacen desaparecer la típica depresión intermedia que se encuentra en el resto de Chile. Las condiciones climáticas, que presenta ese sector de la región de Coquimbo en la cual se asentaron los Molles, es bastante noble, debido a que, esta zona se encuentra, en transición entre el desierto del norte de Chile y el mediterráneo del sector central, con lluvias regulares y valores medios a 100 mm anuales; la clasificación climática según Köppen que corresponde a este sector es semiárido templado con lluvias invernales. Estos cordones transversales poseen recursos hídricos, entre ellos, el río Huasco, Elqui, Limarí, entre otros, que permiten desarrollar la actividad agrícola. En el pasado, en el tiempo en que vivieron los Molles, se piensa que fue más húmedo que en la actualidad, que según Román (2005) “esta debe haber sido zona de praderas, arbustos y algo de vegetación (espinos, chañares, guayacanes y otros)”, así que estas condiciones, quizás eran mucho mejores que las actuales para el asentamiento de una cultura, en este caso la Molle. Por último Osvaldo Silva, establece una caracterización de los cordones transversales proponiendo que:
“…desde la Cordillera de los Andes se desprenden cadenas que rompen la planicie interior, son los valles transversales –Copiapó, Huasco, Elqui, Limarí, Choapa–, que se hacen más anchos a medida que avanza hacia el sur y las precipitaciones van en paulatino aumento (…). A ello debe agregarse la influencia del mar, colada a través de los mismos valles, y los recursos fluviales, para entender por qué hubo una mayor concentración poblacional en este sector…” (p.14)
De acuerdo a esto, se puede comprender y justificar la distribución geográfica de los Molles, puesto que las condiciones físicas y geográficas del espacio, vinculadas a las formas del relieve, la disponibilidad de agua y la flora y fauna existente, son propicias para el desarrollo de la cultura; quizá la más importante y fundamental a la hora de propiciar un asentamiento, es el agua, por varios motivos: primero las necesidades biológicas de la población (beber agua), como también la posibilidad de desarrollar la agricultura, la cual evidentemente requiere de la suficiente agua para el desarrollo de cultivos, y por último de tierras fértiles que permitan desarrollas cultivos y que éstos den frutos. Estas características sumadas a la existencia de una fauna silvestre posible de cazar; que permitieron conformar una dieta alimenticia, contribuyeron a que la cultura Molle se asentara en este territorio, especialmente en el “Valle del Encanto”, donde se pueden encontrar en la actualidad, elementos que ellos dejaron en el tiempo en que vivieron.

Economía
Los Molles, tenían como medio de subsistencia la agricultura, especialmente de especies como el maíz, porotos, zapallo, quínoa; además practicaron la caza de camélidos silvestres, animales menores y aves, también la pesca pero siendo una actividad secundaria; además realizaban intercambio con los Atacameños y con pueblos provenientes de Argentina. Según Monstny (1971),
“…la Cultura de El Molle eran el primer pueblo de agricultores en ocupar la región, combinando al principio, el cultivo con actividades de caza y recolección, para transformarse, en el curso de su desarrollo, en agricultores plenos y formar parte de un horizonte agroalfarero temprano” (p.108)

Organización Social
Se agrupaban en bandas y la división del trabajo se efectuaba según el sexo y la edad de los integrantes, la caza la realizaban principalmente los hombres y las mujeres la recolección y marisqueo. En el momento en que se establecieron en un lugar definitivo, dieron lugar a las aldeas, que tenían líderes especialmente religiosos, pero sin grandes diferencias sociales, según lo que establece el museo precolombino, pero en lo que respecta a lo que publica la página de arqueología chilena, es posible apreciar una jerarquía social diferenciada a través de la cantidad y tipo de ofrendas fúnebres en los individuos.

Cultura, costumbres y religión
Como se dijo anteriormente se caracterizaron por el tipo de sepultura, enterrando a los muertos en túmulos artificiales rellenos con tierra y rocas, siendo sepulturas muy profundas, pero marcadas en la superficie, los enterraban con collares, adornos de metal, vasijas y pipas de piedra. La presencia de pipas, da a entender una religión chamánica, relacionada con un complejo fumatorio de sustancias alucinógenas. Se destacaron además porque trabajaban la piedra de manera fina, realizaron una cerámica bien pulida de diversos colores como el negro, gris y rojo, decoradas con figuras de animales; realizaron metalurgia de oro, plata y cobre, usaron el tembetá explicado anteriormente y las pipas de piedra para fumar.


Legado cultural
El Valle del Encanto nos presenta una variedad muy significativa de los vestigios de la cultura el Molle (1-700 d.c.), la cual generó en el sector hermosas representaciones de su cosmovisión y creencias. Este legado cultural Molle, se encuentra graficado en la gran cantidad de figuras y pinturas rupestres que han superado la barrera del tiempo y que en la actualidad, a pesar de la distancia temporal, se nos presenta casi intactas, permitiendo el conocimiento de su cultura.
Las representaciones en el Valle del Encanto correspondientes a la cultura Molle, se relacionan principalmente con tres tipos característicos, los petroglifos, las pictografías y las piedras tacitas:
§ Petroglifos:
Estos corresponden a representaciones en la superficie de grandes rocas, teniendo como elemento principal la figura humana en movimiento, es decir, se buscaba plasmar la acción, por ellos destacan las figuras de hombres guiando rebaños; se vinculan con dos estilos principalmente:
“El estilo La Silla, se caracteriza por grabados de figuras humanas que guían rebaños de animales (…), además de motivos geométricos abstractos que se han atribuidos a prácticas chamánicas bajo influencias de sustancias alucinógenas. Por su parte, en el estilo Limarí, son característicos los grabados de máscaras de forma humana con complejos adornos sobre sus cabezas” (Museo Chileno de Arte Precolombino, 2007).
Los petroglifos Molles, se nos presentan como importantes vestigios que nos permiten desentrañar el legado y la importancia de esta cultura.

§ Pictografías
Las pictografías son más escasas que los petroglifos, pero ello no resta su importancia, son representaciones principalmente de color rojo y; “Presentan una temática geométrica de líneas onduladas o quebradas, desvinculadas de las típicas figuras antropomorfas que se observan en los Petroglifos” (Ovalle Encanto Nativo, 2009)

§ Piedras Tacita o mortero
Corresponden a una de las formas más particulares y abundantes de la cultura Molle, y son perforaciones en la roca que adquieren distintas dimensiones; su utilidad se ha vinculado con el usoc como morteros; “Existen en gran variedad y abundancia; se presentan en tres tipos: Cupuliforme, Elipsoides y Cuadrangulares. Tienen un diámetro que varía entre 10 y 15 centímetros y la profundidad de la excavación oscila entre 4 y 8 centímetros.” (Ibídem, Ibíd.) La antigüedad de estas formas se corresponde con el mismo periodo de los petroglifos y las pictografías, principalmente por su cercanía.

Así las principales formas de representación que adquirió la cultura Molle se nos muestran en la actualidad como los indicios que nos permiten desentrañar y develar las formas de esta cosmovisión, permitiéndonos conectarnos con el legado cultural y artístico de este pueblo, sus estilos de vida y principales creencias. Pero a pesar de la gran cantidad de evidencias y vestigios de esta cultura que nos proporciona el Valle del Encanto, aún los investigadores no han podido comprender el verdadero significado que se esconde tras las representaciones Molle.

Rol de los recursos y paisaje
Los recursos que es posible apreciar en el Valle del Encanto, están relacionados a elementos del medio ambiente, que los seres humanos, en este caso Lo Molles, utilizaron para la satisfacción de sus necesidades, tanto espirituales, culturales, sociales y económicas, entonces a partir de ello, uno de los principales recursos que se pueden destacar es el agua, debido a que, la ubicación del Valle, está cercano al río Limarí, lo que permitió que la cultura, se asentara en esos lugares e hiciera uso de este recurso, que contribuía al desarrollo de los cultivos para poder alimentarse y sobrevivir; otro recurso es la tierra, que gracias a las condiciones antes mencionadas, poseía gran fertilidad, lo que ayudó también al cultivo de especies como porotos, maíz, entre otros, destacándose por ser una cultura, que se dedicaba a la agricultura como actividad principal. Con recursos como oro y plata, desarrollaron metalurgia, que la utilizaron para hacerse adornos como collares y también la arcilla, para la realización de diversas cerámicas que las decoraron con distintos colores y figuras de animales. Las rocas, que contribuyeron a dejar el legado cultural de este grupo, en las cuales, se puede observar diversos petroglifos, donde manifestaron sus cosmovisiones y elementos de la vida diaria, adquiriendo gran importancia para ellos, y para nosotros, porque gracias a ellos, aún se pueden apreciar vestigios de esta cultura.
De esta forma, los diversos recursos que se encontraban en la zona, permitieron que la cultura el Molle, se desarrollara a cabalidad; la tierra, el agua, las rocas, entre otros, fueron aportando en la conformación de la cultura y en la sobrevivencia de ésta durante su tiempo.
En cuanto al paisaje, la conjunción de todos los recursos, conllevó a que éste, adquiriera características especiales, que contribuyeron al asentamiento de esta cultura; su ubicación, es decir, en los cordones transversales, clima de buenas condiciones por encontrarse en un sector de transición, que hace que sus características no sean tan extremas; la tierra, que posibilitó cultivos, el agua, las rocas, entre otros, fueron dotándole elementos al paisaje que se hicieron atractivos para la cultura, y que permitieron que se asentara en el lugar y se desarrollara. Del mismo modo, Román (2005), le otorga otro aspecto al paisaje que resulta importante destacar:
“El viento silba entre las piedras y el paisaje da la impresión de que estamos en un lugar de meditación y gran magnetismo. Esta fuerza se percibe claramente en nuestros días. En el pasado debe haber sido muchísimo más notable, por lo cual se comprende el por qué es un lugar mágico” (p.2)
Demostrando, que además de las características anteriormente mencionadas, la misticidad que se da en el lugar, le otorga algo especial al paisaje, que aporta enormemente a la percepción que se puede tener de él y que quizá también la tuvieron los Molles, que los encantó y que les permitió llevar a cabo sus ceremonias religiosas y espirituales.

Así ambos elementos, es decir, los recursos y el paisaje, jugaron un rol importante en la ocupación de la cultura el Molle en el Valle del Encanto, llegando a ser este lugar en la actualidad, un sitio turístico, además un monumento arqueológico.

Fichas temáticas

Las Fichas Temáticas se encuentra en esta dirección
http://www.slideshare.net/guest007260/fichas-terreno

Análisis y conclusiones

1.-La ocupación de la cultura El Molle en el sector del Valle del Encanto, el rol de los recursos y el paisaje en el asentamiento, esta caracterizado por varias situaciones, así encontramos que por un lado la disponibilidad de recursos juega un papel primordial en la configuración del asentamiento, puesto que dadas las características de la sociedad, la cual correspondía a un pueblo de agricultores incipientes, requerían de recursos naturales, y principalmente el agua, para realizar su principal actividad, en este sentido la disponibilidad de este recurso estaba garantizada, por la existencia del estero Punitaqui y el río Limarí, a esto se suma la existencia de tierras suficientemente aptas para el cultivo, que sin lugar a dudas, ofrecía un espacio apto para el desarrollo de un asentamiento. Otro elemento lo constituye la existencia de gran cantidad de rocas, las que eran utilizadas como herramientas, para laboreo en las distintas actividades. La otra características importante por destacar en los Molle, corresponde a el desarrollo de la alfarería, destacándose la cerámica Molle I y II, las cuales se diferencias por el asa (la primera no posee), por la función (la primera es más utilitaria, la segunda se vincula con ritos y actividades religiosas) y por el colorido (la primera no se pintaban, las segundas si). Entonces podemos entender que desde el punto de vista de los recursos, es justificable el asentamiento del complejo cultural El Molle, puesto que la dotación de estos resultaría atractiva a los ojos de una cultura con las características de la cultura El Molle.
En lo que respecta al paisaje, el Valle del Encanto, posee a decir de uno de sus visitantes, esa característica como mágica, que lo hace atrayente para la persona que lo visita; por tanto desde la percepción, uno de los componentes del paisaje, no es difícil imaginar las sensaciones que debía generar en los Molle, este paisaje, con enormes rocas, aguas superficiales y teniendo como telón de fondo los cordones transversales, esto desde lo físico. Toda esta cosmovisión del paisaje lo llevo a plasmar sus formas de realidad en estas rocas, y por ello nos encontramos con petroglifos, pictografías, y junto a ellos las piedras tacitas, que hacían las veces de morteros.
Las vinculaciones entre los recursos naturales, el paisaje y el asentamiento de la cultura El Molle, sin lugar a dudas son muy estrechas, puesto que la disponibilidad de recursos, lo mágico del paisaje y los requerimientos de esta cultura, jugaron a favor del asentamiento en ese espacio.

2.- La actividad desarrollada durante los 14, 15 y 16 de septiembre del presente año, permitieron el desarrollo de conocimientos y habilidades que dentro del marco de la sala de calase hubiese sido más difícil llegar a ella, puesto que pudimos constatar y observar en terreno, las formaciones dunarias en Longotoma, la erosión de los suelos en Pichicuy, las características geomorfológicas y vegetacionales del Parque Nacional bosque Fray Jorge, las formas del paisaje y los recursos en el Valle del Encanto y la intervención antrópica en el Embalse La Paloma; todos estos conocimientos que, si bien pueden quedar lo suficientemente claros, a través de los libros y las clases, estos adquieren mayor significancia cuando se lograr percibir con la mayor cantidad de sentidos posibles, generando de esta manera un aprendizaje más amplio e inclusivo de los conocimientos del ramo.

3.- Desde el punto de vista de la utilidad de una actividad en terreno en el proceso de aprendizaje, se considera de real importancia, por las siguientes razones: Primeramente, la actividad en terreno, permite trasladar los contenidos desde el aula a la realidad, facilitando la comprensión y el desarrollo cognitivo del aprendizaje; cambiando de esta forma lo tradicional de la sala de clases por la relación directa con los fenómenos estudiados. Por otro lado, la actividad permite la experimentación de los contenidos, claramente no es lo mismo realizar el esfuerzo comprensivo a través de una imagen que por la observación directa permitiendo apreciar in situ elementos de análisis geográfico que en una sala de clases serían más difíciles de aprehender; por esta vía logramos dotarlos de significación, que para los objetivos del proceso enseñanza aprendizaje resulta fundamental; el contacto directo y el aterrizar los contenidos en una actividad de este tipo resultan esenciales, por esta razón. A esto se suma, el espacio de convivencia e interacción en un lugar distinto fuera del ámbito restrictivo, como es la sala de clases, sin perder la dinámica de la clase; favoreciendo la relación y estimulando el desarrollo de lazos con los otros y con el medio, como también permite acercar al docente con los alumnos. También resulta importantes, por la posibilidad de conocer y explorar los lugares en donde se desarrollan los fenómenos a fin de poder tener una visión más amplia del contexto en el que se desenvuelven. Otro factor importante, en este proceso es que la actividad en la salida a terreno todos los sentidos se utilizan, impulsando el conocimiento más profundo; y una salida bien planificada permite el abordar problemas geográficos desde distintos puntos de vista.
Por tanto, la actividad en terreno adquiere real importancia para la formación de los estudiantes, logrando aprendizajes significativos, impulsando la construcción de lazos entre los estudiantes y el docente, y generando la valoración del entorno geográfico.

Bibliografía

Libros

  • Conrmely, I.G (1956) “Cultura Diaguita Chilena y Cultura de El Molle”, Editorial del Pacifico S.A., Santiago de Chile.
  • Errazuriz M. (1987) Manual De Geografia De Chile Andrés Bello, Santiago de Chile
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  • Instituto Geográfico Militar (2007) “Atlas Geográfico para la Educación”, Editorial Instituto Geográfico Militar, Santiago de Chile.
  • Iribarren, J. (1978); “Dos yacimientos Arqueológicos de la Cultura Molle”, Museo Arqueológico de La Serena, Contribución Arqueológica N°9, La Serena, Chile.
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Publicaciones

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Internet

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Cartografía, esquemas y fotografías

Longotoma










































































































Pichicuy
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Parque Nacional Bosque Fray Jorge
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Valle del Encanto
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Embalse La Paloma
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